Estrategia empresarial frente al COVID19: Keep calm and seek good data
En estas últimas semanas, los analistas han llegado a la conclusión de que los efectos económicos sobre los diferentes sectores serán -valga la redundancia- diferentes. Cualquier evento económico afecta de forma diferente a la distribución, la sanidad, la industria o los servicios y el turismo. Ocurre lo mismo con los países, porque se ve claro que no va a ser igual el efecto de la pandemia del COVID19 sobre Corea del Sur o Singapur, China, UK, USA, España o Italia.
En nuestro caso concreto, por nuestra composición del PIB y nuestra cultura y estructura y normas sociales, es innegable que en España el COVID19 tendrá un impacto global relevante. Ese impacto se distribuirá de manera sustancialmente diferente en cada compañía dependiendo del sector, del tamaño, de su balance y de su modelo de negocio.
Espera lo mejor, prepárate para lo peor y acepta lo que venga
Ante esta situación, las empresas deben reajustar su estrategia en un entorno muy complejo. Hay que tomar medidas rápidas y duras, con precisión quirúrgica. Pero también siendo especialmente cuidadosas en que estas medidas no deterioren las bases de su modelo de negocio, sacrificando su estrategia y posición competitiva en el largo plazo.
Para aplicar soluciones estratégicas totalmente personalizadas es esencial trabajar sin descanso las siguientes tres etapas: calidad de la información (datos internos y externos), evaluación y análisis, y toma de decisiones.
La dos primeras etapas, calidad de la información y análisis, son claves, pero en estos momentos hay muchos factores que las hacen muy difíciles. La información actual, por la falta de experiencia previa en lidiar con una crisis sanitaria de estas características y por la dificultad de extraer información correcta sobre toda la existente, no es todo lo fiable que nos gustaría. En este sentido, los estudios porcentuales (datos divididos entre total población) proporcionan un análisis más afinado que los absolutos (contagiados o muertos por país). La mayoría de información recibida es en números absolutos, que lógicamente tienen un efecto muy diferente si la población es 40 millones, 330 millones o 1.390 millones. Por todo esto, existe excesiva volatilidad en las conclusiones de la evaluación: no hay un criterio homogéneo para elaborar escenarios a corto y medio plazo. Por poner un ejemplo, los escenarios de rebaja del PIB se sitúan en rangos tan amplios como son caídas del 5% o del 20%. La preparación y medidas en uno y otro caso serán necesariamente muy distintas. En resumen, no es fácil tener una imagen clara de cómo será el impacto por cada sector; ni como afectará a cada tipo de empresa.
Con estas dificultades, debemos detenernos en las consecuencias del reajuste de la estrategia, ya que el problema con la información y expectativas nos puede llevar a tomar decisiones que pongan en jaque el futuro y la visión de la empresa. Cuando se toma una decisión, hay que tener bien planificados los tiempos y su ejecución. En momentos de incertidumbre, incluso de forma imperceptible, nuestro análisis está afectado por la situación, y puede llevar a conclusiones precipitadas e incorrectas, cuyos efectos no sean exactamente los anticipados.
Por todo ello, como conclusión, es crítico en estos momentos intentar apoyar la estrategia en datos correctos y objetivos, relativos al sector y actividad que realiza la empresa. Además, también es importante incorporar el máximo número posible de personas en la decisión (con acceso a información específica del sector pero sin hacer ineficiente el proceso) puede ayudar a eliminar sesgos cognitivos en la información. Ejecutar con presteza para mitigar pérdidas en los peores escenarios. Y, por último en la medida de lo posible hay que mantener la calma en la fase de decisión y ejecución, ganando tiempo en esta fase. Porque en este entorno de incertidumbre, el tiempo que se gana para depurar los datos y análisis es fundamental y mejora sensiblemente la implementación de la estrategia y sus futuros efectos.
Parafraseando a Honey Bunny en Pulp Fiction, “Everybody be cool, this is a… crisis”