Chile taking the front seat in South America

While other countries in Latin America face scrutinizing criticism because of lack of action, or unethical political behaviors- Chile seems to be taking advantage of their position and gaining prominence in the region. Specifically, Venezuela has been victim of one of the worst humanitarian crisis in the western world, while Peru’s political system is in disarray and Argentina is faced with an economic crisis, to name a few.

While on the other hand, Chile is showing a global presence that is not going unnoticed. In this years G7, which took place in France, Chile was the only South American leader present. While Brazil stays away from direct action against the Amazon fires, Chilean president has made a point to call for action from all neighboring countries.

Furthermore, in midst of a trade war, Chile has begun talks with China regarding ports of ships headed to Antarctica. This is the first ever trade agreement of it’s kind, and would mean exponential benefits for China and Chile. In addition to this deal, Chilean finance minister sees a combat on the trade war necessary, as he pledges for more open markets.

“We are facing a trade war and a complicated international scenario, but we are responding with more openness and improved access,”

Finance minister, Felipe Larraín told the Financial Times during a visit to London for the annual Chile Day investor event.

In fact, the Chilean government has facilitated one of the widest webs of free trade agreements in the world. Chile has trade agreements with 64 countries covering just under ninety percent of global gross domestic product.

In a time where global political perception is of high importance for micro- and macro- level decisions, Chile’s government is at an exceptional upper hand. Their reaction to environmental issues such as the Amazon fires, as well as economic issues- have proved that the Chilean government is dedicated to growing connections globally while pursuing their own growth goals.

Mientras que otros países de América Latina enfrentan críticas escrutiniosas por falta de acción o conductas políticas poco éticas, Chile parece estar aprovechando su posición y ganando protagonismo en la región. Específicamente, Venezuela ha sido víctima de una de las peores crisis humanitarias en el mundo occidental, mientras que el sistema político de Perú está en desorden y Argentina enfrenta una crisis económica, por nombrar algunos.

Mientras que, por otro lado, Chile está mostrando una presencia global que no pasa desapercibida. En este año, el G7, que tuvo lugar en Francia, fue el único líder sudamericano presente. Si bien Brasil se mantiene alejado de la acción directa contra los incendios del Amazonas, el presidente chileno ha hecho un llamado a la acción de todos los países vecinos.

Además, en medio de una guerra comercial, Chile ha comenzado conversaciones con China sobre los puertos de los barcos que se dirigen a la Antártida. Este es el primer acuerdo comercial de este tipo y significaría beneficios exponenciales para China y Chile. Además de este acuerdo, el ministro de Hacienda de Chile considera necesario un combate contra la guerra comercial, ya que promete más mercados abiertos.

„Estamos enfrentando una guerra comercial y un escenario internacional complicado, pero estamos respondiendo con más apertura y un mejor acceso“,

dijo el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, al Financial Times durante una visita a Londres para el evento anual para inversores del Día de Chile.

De hecho, el gobierno chileno ha facilitado una de las redes más amplias de acuerdos de libre comercio en el mundo. Chile tiene acuerdos comerciales con 64 países que cubren poco menos del noventa por ciento del producto interno bruto mundial.

En un momento en que la percepción política global es de gran importancia para las decisiones a nivel micro y macro, el gobierno de Chile está en una posición excepcional. Su reacción a los problemas ambientales, como los incendios del Amazonas, así como a los problemas económicos, ha demostrado que el gobierno chileno se dedica a aumentar las conexiones a nivel mundial mientras persigue sus propios objetivos de crecimiento.