En cuanto a la infraestructura de telecomunicaciones, la 5G ha sido objeto de más controversia de lo habitual. Algunas teorías de conspiración la culpan de la propagación del coronavirus, mientras que otros la acusan de matar flora y fauna. Aunque no hay pruebas de ello, el hecho de que las ideas hayan cobrado fuerza, nos habla de la necesidad de una mayor comprensión de la tecnología, su propósito y potencial.
En medio de la pandemia, el auge del trabajo a distancia ha significado que millones de personas estén mejor familiarizados con el estado de la infraestructura de las telecomunicaciones. Las actuales redes 3G y 4G se ralentizan cuando varios usuarios hacen una videollamada, envían archivos grandes, transmiten vídeos en streaming o juegan simultáneamente. La 5G, por su parte, representa un gran salto hacia adelante en la conectividad. Los flujos de datos rápidos y fiables que proporciona pueden servir de soporte a los automóviles que se conducen solos, a las ciudades inteligentes y a calles y vehículos totalmente conectados.
Como explicamos en nuestro reporte "El futuro de las telecomunicaciones: ganando la batalla de la experiencia del cliente", el paso hacia la 5G no es sólo un cambio de grado, sino también de tipo. "Permitirá una latencia extremadamente baja, los intervalos de tiempo entre el envío y la recepción de la señal", explica Julien Huvé, Líder de Servicios de Telecomunicaciones de Mazars. "La 5G facilitará la colaboración en línea perfectamente sincronizada, creando oportunidades para la música en vivo, el teatro o cualquier otro medio en el que los intérpretes en diferentes lugares necesiten trabajar juntos de forma precisa". También ofrece la posibilidad de tener mejor densidad de conexión, que es esencial para el desarrollo de los servicios del Internet de las Cosas (IdC), en los que los sensores y transmisores incorporados permiten que los objetos se comuniquen entre sí. También proporcionará una mayor seguridad en la transferencia de datos.
Vehículos conectados: una conducción autónoma más limpia y segura
Una vez que la 5G esté en pleno funcionamiento, el mercado de vehículos conectados será probablemente una de las áreas de crecimiento más prometedoras del Internet de las cosas, ofreciendo oportunidades enormes a los operadores de telefonía móvil, fabricantes de automóviles y a empresas de tecnología asociadas. Unos 500 millones de vehículos conectados estarán en el camino para 2025, según Ericsson, y es probable que los servicios de vehículos conectados valgan decenas de miles de millones de dólares para 2030.
Esto también podría hacer que la movilidad sea más sostenible. Bosch estima que los automóviles conectados podrían evitar casi 400,000 toneladas de emisiones de dióxido de carbono para 2025, el equivalente a las emisiones de 45,000 hogares en un año, principalmente gracias a la eficiencia en el uso de combustible, al evitar las largas búsquedas de lugares de estacionamiento y los hábitos de consumo ineficiente de combustible. También podrían hacer que la conducción sea más segura, evitando accidentes y salvando vidas.
Sin embargo, la aplicación más futurista de la 5G está en otro tema. "La 5G es la tecnología necesaria para empezar a trabajar en vehículos autónomos", explica Huvé.
"Uno de los retos de la conducción autónoma es que el vehículo necesita realizar muchas de las tareas que actualmente realiza el conductor", explica Grégory Derouet, socio y co-líder de Servicios del sector Automotriz de Mazars. Los conductores humanos deben tener en cuenta constantemente una gran cantidad de información visual, auditiva y sensorial, tanto sobre el camino que les rodea, como los peligros de la vía y el tráfico, como sobre el funcionamiento del automóvil, como las luces del tablero o la “sensación” de las marchas. Necesitan ser capaces de reaccionar en tiempo real a una amplia gama de estímulos. Lograr que un vehículo haga todo esto a la vez, requiere que una gran cantidad de datos fluyan sin problemas y rápidamente. "La 5G permite este gran flujo de datos, para que todos y cada uno de los sistemas puedan comunicarse", explica Derouet.
En la actualidad, estas señales sólo necesitan fluir entre los conductores y sus alrededores. Los vehículos autónomos eliminarán un nodo del sistema: el conductor, pero lo sustituirán por muchos más. Los datos fluirán entre el vehículo y los que lo rodean, así como entre el automóvil y su entorno más amplio. "Si un vehículo que está 100 metros adelante tiene un accidente y el que está detrás tiene que frenar bruscamente", explica Derouet, "estos dos vehículos serán capaces de comunicarlo a los demás a su alrededor para que puedan reaccionar como corresponde". Esto requiere que los datos fluyan instantáneamente entre muchos vehículos a la vez. Pero la recompensa es una experiencia de conducción mucho más segura y la disminución de accidentes". También permitirá que los datos fluyan fácilmente entre el automóvil y el mobiliario urbano como los semáforos o las vías habilitadas para el internet de las cosas.
Todo esto, sin embargo, supone una red capaz de manejar esta mayor carga de datos, que es precisamente lo que la 5G proporcionará.
Los vehículos autónomos plantean nuevas cuestiones de política pública, como quién paga el seguro o es legalmente responsable en caso de que un automóvil que se conduce por sí mismo tenga un accidente. El uso generalizado de la tecnología de conducción autónoma requiere claridad en estas y otras cuestiones similares. La 5G puede ayudar a las autoridades a resolver estas cuestiones facilitando el seguimiento de los datos. Esto podría ayudar a establecer la responsabilidad de los problemas a medida que surjan, mejorando la evaluación de los incidentes y facilitando la determinación de la responsabilidad legal.
Cómo puede la 5G aligerar la huella de carbono de la movilidad
La 5G también podría hacer más sostenibles los sistemas de movilidad en general. En la actualidad, una persona que quiera viajar de un punto a otro de la forma más sostenible posible puede no saber exactamente cómo hacerlo. Normalmente se puede suponer, por ejemplo, que un viaje en bicicleta es más eficiente en cuanto a la emisión de carbono que un Uber, y que un Uber compartido es más eficiente que viajar solo. Sin embargo, la gente no suele consultar los datos sobre las emisiones genuinas cuando combina muchas opciones de transporte para un viaje en una ciudad.
"La 5G facilitará la mezcla eficiente de diferentes tipos de movilidad, como el transporte público y el privado", explica Huvé. "Cuando los datos sobre cada opción de transporte y sus emisiones estén siempre disponibles, sean públicos, conjuntos y accesibles, entonces los individuos podrán tomar decisiones mejor informadas". Muchas de estas decisiones se tomarán sobre la marcha en zonas en las que es poco probable que haya Wi-Fi, como autopistas o caminos rurales, por lo que dependerán de una red capaz de procesar instantáneamente la carga de datos mejorada".
Los servicios de movilidad compartidos también serán más fáciles de acceder cuando se impulsen con la 5G. "Recientemente hemos visto bicicletas eléctricas compartidas, vehículos, scooters, etc., en auge en ciertas ciudades", dice Derouet. "Asegurar que todos estos medios de movilidad coexistan de forma segura y eficiente es un reto, pero la 5G ofrece nuevas y emocionantes posibilidades".
La promesa de los dispositivos móviles impulsados con la 5G, también abre posibilidades para muchas otras innovaciones, dice Huvé. "En el futuro podemos esperar ver mejores servicios de salud y de realidad aumentada. ¿Qué perspectivas abrirán estos para la movilidad? Dentro de unos años, hará que los servicios existentes sean más fluidos y nos permitirá entrar en una nueva era de movilidad".