¿Qué estrategias de sostenibilidad empresarial puedes empezar a implementar en tu empresa?
De hecho, el Índice de Sostenibilidad Dow Jones combina más de 600 variables con las que se puede cuantificar este valor en alza. En definitiva, una empresa sostenible es aquella que aporta valor social, económico y medio ambiental.
¿Cómo desarrollar una cultura de sostenibilidad en las empresas?
Los consumidores tienen cada vez más conciencia ecológica y buscan comprar productos y servicios de empresas que estén comprometidas con el medio ambiente. El incremento de ventas de productos ecológicos y el greenwashing generalizado (estrategia de mercado basada en presentarse como amistosos con el entorno, sin serlo realmente) lo demuestran.
Ser sostenibles significa ser responsables con las nuevas generaciones, promover relaciones sociales sanas y evitar acabar con recursos que han tardado siglos en formarse. Es decir, conservar y proteger la naturaleza.
Existen muchas estrategias necesarias para transformar las actividades empresariales en espacios más sostenibles, y aquí van a explicarse cuatro de ellas: economizar recursos energéticos, aprovechar los recursos cercanos, implementar los principios de la economía circular y gestionar ecológicamente los transportes.
Una cultura de la sostenibilidad se logra cuando todos los empleados han interiorizado los valores sociales, económicos y ambientales de la sostenibilidad, pero todavía está muy extendida la cultura del usar y tirar, de la inmediatez y la despreocupación por el futuro. Es una batalla ideológica difícil, en la que las campañas de información y sensibilización tienen un papel clave.
Economizar recursos energéticos
Economizar recursos energéticos es la mejor forma de mejorar la productividad. Esta estrategia comienza haciendo un análisis del lugar de trabajo y de los flujos energéticos existentes. Las medidas más comunes están relacionadas con el aislamiento y la temperatura del espacio: antes que usar electricidad o gas, aprovechar la luz solar, y antes que encender la calefacción, aislar mejor las paredes y ventanas.
Los ejemplos de economización de los recursos energéticos son muchos, pero básicamente es importante evitar cualquier pérdida de energía provocada por desperfectos en la infraestructura, pues son muy comunes y sus costes a largo plazo pueden llegar a ser enormes.
En algunos casos, es necesario hacer grandes cambios, como sucede con las fuentes energéticas. Pero, en la mayoría de las ocasiones, pequeños ajustes generan diferencias significativas.
Aprovechar los recursos cercanos
Esta segunda estrategia está relacionada con la primera, aunque no se restringe a los insumos energéticos. En un mercado globalizado, donde la competencia es tan fuerte, utilizar las ventajas del territorio particular en el que se desempeña la actividad es esencial. Si es un lugar soleado, placas que absorban la energía; si hay mucho viento, parques eólicos…
Es necesario conocer lo mejor posible qué hay en el ámbito más cercano, ahorrar en transporte, asegurarse de conocer a los proveedores y saber qué materias primas y qué talentos existen alrededor. Es preferible comprar a vecinos y no a empresas extranjeras, pues se genera menos daño ambiental y se mejora la confianza entre las redes cercanas.
Implementar los principios de la economía circular
Asumir que la materia es limitada y que el entorno es abierto. Esta estrategia busca reducir la entrada de componentes y reutilizar aquellos que ya han entrado en la economía empresarial. Los residuos tienen que ser gestionados internamente o reciclados.
Una empresa ya no puede ser una máquina de desechos. Así como se han prohibido las bolsas de plástico y se promueve el uso de las reutilizables, estos principios son extrapolados a todos los productos necesarios. En el caso del papel es fácil reciclarlo, pero debe hacerse también con envases, maquinaria informática, etc. Es más rentable hacer una reparación que una sustitución.
Gestionar ecológicamente los transportes
Por último, aunque no menos importante, la estrategia de sostenibilidad empresarial que ningún directivo puede ignorar es la gestión de los transportes.
La costumbre de usar vehículos muy contaminantes ocupados con una sola persona está pasando a la historia. Existen muchas alternativas, como compartir el vehículo entre empleados que realicen rutas cercanas, fomentar el uso de la bicicleta o el transporte público.
La sostenibilidad como garantía del éxito
Las evidentes consecuencias del cambio climático y de la actividad humana en la Tierra llevan a tomar medidas que permitan vivir en un entorno lo más saludable posible. Todo negocio debe tener en cuenta los límites ambientales, pues contaminar y deforestar sin responsabilizarse ya no es un modo válido para crecer.
Todas las estrategias son complementarias y sirven al mismo objetivo. La sostenibilidad es una cuestión integral, que atañe a toda la estructura organizativa.
Artículo publicado el 22 de enero de 2021, por Redacción APD https://www.apd.es/estrategias-sostenibilidad-empresarial/
Cr. Federico Patroni
Gerente – Responsable de Sector Auditoría